por Iliana Balderas
De acuerdo al modelo de organizaciones positivas, HERO —por sus siglas en inglés Healthy and Resilient Organization, de Marisa Salanova (2014)—, uno de los recursos de tipo personal de los empleados “saludables”, es la autoeficacia.
Es un término que no se escucha muy frecuentemente ¿Qué se te ocurre que es la autoeficacia?
Es la creencia de que se es capaz de realizar una tarea aún sin tener el conocimiento; no tiene que ver con las capacidades reales, es ese elemento que motiva la conducta de una persona y esa misma creencia incrementa el deseo de realizarla, no importan las dificultades que se enfrenten.
Y por el contrario, la falta de esa creencia puede llevar a lo opuesto, es decir maximizar o exagerar las dificultades por enfrentar ciertos retos. Esa autoeficacia negativa se puede ir intensificando si se ha tenido una serie de eventos que remarcan la falta de eficacia para lograr un resultado, en otras palabras: una serie de fallas que se toman como confirmación de que «No se puede».
¡Ojo! No es lo mismo que autoestima, optimismo no realista o expectativa de resultado.
Bueno y ¿cómo se puede cultivar la autoeficacia? O ¿cómo frenar ese efecto dominó de una falla tras la otra?
Primero hay que entender que cada persona tiene diversas áreas en las que cultiva su eficacia, y niveles en los cuales la desarrolla dados sus intereses. Por ejemplo, un ejecutivo de una compañía puede tener un alto sentido de eficacia organizacional pero baja eficacia parental (Albert Bandura, 2006).
Las principales fuentes para generar autoeficacia son:
- Anteriores experiencias de éxito, es decir, la extrapolación de situaciones laborales similares en las que se obtuvo un resultado exitoso.
- Aprendizaje vicario, basado en la observación de cómo los otros ejecutan con o sin éxito ciertas actividades, por ejemplo, “si me comporto igual, conseguiré ese resultado”, en otras palabras, la valoración de las propias capacidades en relación con los logros de los demás.
- Persuasión verbal, son los halagos y palabras de ánimo, cuando los demás le dicen a una persona que sí puede.
- Las emociones positivas como la alegría, entusiasmo, tranquilidad, etc. ante una tarea aumentan la capacidad de dominio y control de tareas.
En tiempos de la copa mundial de futbol soccer, tenemos de los mejores ejemplos. Por redes sociales se ha compartido un video de Javier “Chícharo” Hernández, seleccionado nacional por México en entrevista con el periodista deportivo David Faitelson.
Javier tiene un alto nivel de autoeficacia tiene la creencia de que se puede superar la primera fase de eliminatorias del mundial, una creencia fundada además, porque se trata de un ámbito de su especialidad.