por Veronica Prieto Gonzalez
¿Que tan importantes son las emociones de los empleados a nivel laboral? ¿Tiene la misma productividad un empleado que está en un óptimo estado emocional y mental que uno que tiene problemas personales?¿Podemos dejar los problemas en casa y desconectarnos emocionalmente para rendir al cien y enfocarnos totalmente en el trabajo?
Las emociones están presentes a cada momento en nuestras vidas, por lo que es importante identificarlas y gestionarlas para mejorar nuestro desempeño y nuestras relaciones con compañeros de trabajo y en la vida en general.
Primero que nada definamos ¿qué es inteligencia emocional?
La inteligencia emocional es la capacidad para identificar, entender y manejar las emociones correctamente, de un modo que facilite las relaciones con los demás, la consecución de metas y objetivos, el manejo del estrés y la superación de obstáculos.
Entonces… ¿por qué personas inteligentes que deberían tener control sobre sus emociones, en momentos conflictivos, reaccionan de manera irracional?
Todos conocemos alguna persona que se destaca por su inteligencia, pero en el momento en que surge un problema reacciona de manera equivocada, compulsivamente y con emoción negativa, lo cual provoca problemas, accidentes o simplemente un resultado no deseado. El ejemplo más común de esto es ver a dos conductores agarrándose a golpes por una discusión en plena avenida, descontrolados actuando impulsivamente como chicos en plena pelea deportiva.
¿Que impulsa a las personas a reaccionar de esta manera sin importar su status cultural e intelectual? ¿Acaso es un estado Zen que debemos adquirir?
No importa el nivel de estudios o de IQ: si emocionalmente se es inestable, esto causa problemas constantes cuando surge un conflicto y se reacciona de manera errónea y con emoción negativa.
En el trabajo, uno de los casos más frecuentes es cuando un empleado tiene un conflicto familiar, por ejemplo, se enferma un hijo o tiene una pelea con su pareja. A consecuencia de esta situación está absorto y distraído por el problema que tiene, comete errores, genera dificultades y entrega el trabajo tarde o a medias. Es claro que un empleado con problemas constantes y emocionalmente mal, es un generador de problemas para la empresa.
Otro ejemplo es un jefe malhumorado que regaña injustamente a sus subalternos, los acosa con una excesiva supervisión creando un ambiente laboral tenso y estresante. Esto sólo puede causar errores y malos resultados
Tomar decisiones en un mal estado mental y emocional puede generar malas relaciones públicas en el trabajo, traer conflictos y problemas que afecten a la empresa y al empleado.
La falta de inteligencia emocional trae consecuencias como: menos productividad, falta eficiencia, resultados diferentes o difusos y pone en riesgo el empleo de la persona afectada.Esto suele ser común y frecuente entre los empleados, pero si se maneja adecuadamente no tendrá trascendencia.
Entonces, ¿qué debemos hacer para solucionar este tipo de conflictos y problemas en el trabajo a causa de la falta de inteligencia emocional?
- Observar nuestras propias emociones y las de las personas en nuestro entorno.
- No reaccionar o actuar impulsivamente ante una situación o comentario con emoción negativa, respirar profundamente y analizar la situación.
- Despejar la mente cambiando de actividad o tomando aire fresco, para poder tranquilizarnos.
- No tomar decisiones apresuradamente, dar un tiempo y volver analizar la respuesta adecuada y visualizando los posibles escenarios.
- Tomar control sobre la situación, una vez que estemos estables, manejar y gestionar nuestras emociones, para resolver el conflicto no afectando las relaciones con nuestros compañeros.
Como conclusión: es necesario implementar en el trabajo actividades que promuevan un estado positivo emocional y cursos sobre cómo poder manejar las emociones adecuadamente.