por George Ross
Todos deseamos ser más hábiles en alguna cosa. Vivimos abrumados por nuestros fracasos y el temor a volver a fallar, esto hace que ya no intentemos regresar, aprender y practicar aquello que no pudimos lograr con anterioridad. Vamos reforzando la idea de que “no podemos” y esto va haciéndose cada vez más real para nuestra mente y, de esta forma, acumulamos “evidencias” para tener la razón de nuestra inhabilidad. Posteriormente, pensamos que ya lo superamos cuando hacemos bromas acerca de ello, nos reímos de nuestra falta de habilidad e incluso incitamos a otros a reírse de nosotros.
El mecanismo de justificación evita que podamos reconocer que nos hemos equivocado, que no hicimos bien las cosas o que somos poco disciplinados y no nos gusta dedicar tiempo a aprender. En términos generales, tomamos la vida a la ligera y es curioso pero antes que aceptar ser irresponsables, preferimos ser inhábiles y de esta forma cada día crece el número de personas “responsablemente inhábiles”.
Lo anterior es la fórmula equivocada ya que cierra la posibilidad de revisar y evaluar nuestro desempeño, nos lleva a abandonar toda práctica relacionada con el tema y nos aleja cada día más de ser mejores. Buscamos alianzas e incluso heredamos la inhabilidad a nuestros hijos a través de nuestro “ejemplo”.
La raíz del problema está en la falta de comprensión del tema y en la diferencia que existe entre lo que ves, lo que sabes y lo que haces. De esta forma, como sucede en un deporte, una cosa es lo que ves, que generalmente es lo que más te gusta, otra es lo que sabes: sus reglas y distintas modalidades o estilos y, por último, lo que puedes hacer para practicar ese deporte.
Pongamos un ejemplo, en muchos deportes hay reglas que marcan si el punto es bueno o no, si fue raya, si estuvo fuera, si es gol, si es fuera de lugar etc., etc. Eso cubriría nuestro primer punto, lo que vemos u observamos estará enormemente influenciado por el grado de conocimiento que tengamos de ese deporte y por la posición como observadores y por nuestra influencia emocional hacia quien apoyamos.
El siguiente punto es lo que sabes, lo que has estudiado y aprendido acerca de ese deporte y sus reglas, esto, obviamente, te lleva a ser un “conocedor” y tus opiniones tienen más “peso” y, al paso del tiempo, se te ve como un experto.
Por último, la habilidad o desempeño que tengas en ese deporte estará muy influenciada por la cantidad de veces que lo has observado y practicado, así como por tu comprensión y conocimiento correcto de las reglas.
Aquí nos estamos refiriendo particularmente a la habilidad para hacer, ejecutar y desempeñar este deporte con un buen nivel de capacidad. No nos estamos refiriendo a los “expertos” de tribuna, comentaristas o meros aficionados “profesionales” que lo saben “todo”, hablan de todo y nunca lo han practicado. Aquí estamos haciendo énfasis en las personas que desean ser mas hábiles en sus vidas, en lo que les gusta y en lo que practican y que, por lo tanto, les gusta hacerlo en la mejor forma posible aprendiendo y mejorando continuamente.
Los expertos en diversas áreas coinciden en una media de 10,000 horas de práctica para lograr dominar a un buen nivel un deporte, instrumento o disciplina.
Si queremos ganar mayores habilidades o superar nuestras limitaciones y ser mejores cada día, debemos encontrar una técnica correcta de hacer las cosas :
- 1.- Observa con atención lo que te gusta. (enfócate)
- 2.- Decide si eso lo que quieres hacer (la intención es muy importante)
- 3.- Aprende, lee y estudia todo lo que puedas acerca del tema. (Las reglas del juego)
- 4.- Entrena correctamente y practica, practica, practica… (Es necesario un coach)
Después repite 1, 2, 3, 4 continuamente hasta ganar un nivel de habilidad, el límite lo pondrás tú.