Misógismo y misandria, los peores compañeros del trabajo


 
 

 por Verónica Prieto González, comunicóloga

Violencia de género, violencia laboral, acoso sexual, discriminación por estatus social o económico, son situaciones que siguen ocurriendo en el presente y de los que  todos hemos escuchado infinidad de historias por parte de familiares o conocidos.

¿En verdad existe igualdad y equidad entre los empleados en el ámbito laboral ? ¿Se respetan  la leyes contra discriminación de género en el trabajo y se sanciona a las personas o empresas por incumplirlas?

igualdad-de-género-Actualmente vivimos en una sociedad que lucha día a día por la equidad e igualdad de derechos entre sus ciudadanos; sin embargo esto no siempre es realizado ni aplicado en el ámbito laboral y a pesar de los múltiples programas, leyes y esfuerzos para cambiar esto, sigue existiendo esta desigualdad, discriminación y violencia por parte de personas que se aprovechan de su posición en el trabajo para abusar de sus subalternos.

Las situaciones más recurrentes son la desigualdad de sueldos entre hombres y mujeres, la presión a la que son sometidas las madres para no perder su empleo, el acoso sexual que sufren algunos empleados por parte de sus jefes, la violencia de género, la discriminación cultural, etc.

Además de las situaciones mencionadas, existe otro tipo de hostigamiento entre jefe y empleado del cual poco se habla. Esto sucede cuando la prioridad de un jefe es su trabajo y crecimiento profesional; se entrega en cuerpo y alma a la empresa sin importar horarios.

Este tipo de personas se aprovechan de su posición para exigir el mismo nivel de compromiso y ritmo de trabajo a sus subalternos. Esta persona (workaholic) en su mayoría suelen ser personas solitarias, con poco interés familiar o social. Si sus empleados no realizan las actividades como ellos disponen o se niegan a trabajar tiempo extra injustificadamente, los tachan de no ser profesionales, irresponsables y no estar comprometidos con la empresa¨ ocupando esto como argumento para minimizarlos y maltratarlos verbalmente.

Este tipo de jefes recurren a presionar y castigar a sus subalternos, negando permisos a padres de familia, exigiendo trabajar horas extras y días feriados, argumentando que esto es parte de su responsabilidad en el trabajo. Y que si no lo hace no crecerá profesionalmente. Pero lo peor de esto es cuando este tipo de invalidación y hostigamiento es por parte de nuestro jefe inmediato y esto causa a la larga estrés y apatía en los empleados, haciéndolos sentir ineficientes e inhábiles, ya que no se valora su trabajo por estadísticas o resultados sino por tiempo, y se exigen más actividades y trabajo del que en realidad les toca realizar.

Esto aunado a que en la actualidad somos uno de los países en los que sus empleados trabajan más horas por semana y con sueldos bajos. ¿Por qué entonces se nos exige que nos quedemos en horario extendido o que hagamos home office? ¿La solución está en entregar nuestro tiempo y esfuerzo sin miramientos a una empresa para tener éxito profesional y un reconocimiento por parte de nuestros jefes? ¿No sería mejor calificar a los empleados por medio de su productividad, por sus resultados y metas cumplidas, y así mismo otorgar permisos solo a aquellos que estén cumpliendo con su trabajo completo y en tiempo?

En el ámbito laboral es importante dejar atrás todo tipo de atavismo que tengan que ver con género¨ edad¨ posición económica y estado civil.  Se debe promover las jornadas laborales más cortas pero de tiempo efectivo y sin horas muertas.  Ya que vivimos en una época de apertura democrática, derecho y libertad, los valores en el trabajo deben estar sustentados en la habilidad y destreza del individuo para llevar a cabo sus deberes y no en ninguna otra condición o característica.

No debemos esperar a que las leyes y reglamentos vengan a solucionar mediante restricciones y multas, lo que la inteligencia y el avance cultural deberían resolver.

De igual forma se debe reconocer y premiar aquellas empresas incluyentes que tienen programas especiales para madres trabajadoras, jóvenes estudiantes-trabajadores, personas de la tercera edad y personas con capacidades diferentes. Y aquellas otras personas que se preocupan por el bienestar de sus empleados y que sus oficinas cuentan con áreas de recreación y relajación, salas de lactancia, sala de meditación, gimnasio o programas para fomentar la convivencia entre sus empleados, reuniones de los empleados con sus familiares y premios a sus trabajadores eficientes y cumplidos.

Por último, no está de más recordar que un empleado contento con su trabajo es en empleado más productivo, eficiente y comprometido con su empresa.