Por Iliana Balderas, especialista en Recursos Humanos
Desde hace algunos años comenzó a ponerse en práctica la modalidad de trabajo llamada Home Office, cuyo objetivo principal es promover el equilibrio entre la vida laboral y personal. El solo nombre resulta atractivo, sin embargo hay varias consideraciones que se deben tener en cuenta para que su implementación sea un éxito.
Comenzaré por definir el concepto para tener un punto de partida. Con Home Office nos referimos básicamente a la labor que se realiza desde el domicilio del empleado, en lugar de realizarse en las instalaciones de la empresa (oficina, planta, edificio, etc.).
Las ventajas para las empresas son: el ahorro en gastos fijos como renta de espacios, electricidad, servicio de internet, teléfono fijo, etc. También representa una gran ventaja para que los papás que no tienen con quien dejar a sus hijos, puedan estar trabajando y al pendiente de ellos; en ciudades con tráfico denso se ahorra en tiempo y transporte, y en teoría, se genera menos contaminación.
El control que se tiene con las personas que trabajan bajo esta modalidad, definitivamente se basa en el logro de objetivos, entrega de reportes o proyectos y la calidad con la que se ejecutan; es un esquema que llegaría casi a caer en una especie de actividad por honorarios. Sin embargo la Ley federal de trabajo en México, en su capítulo XII llamado Trabajo a Domicilio, establece ya regulaciones para este tipo de labor remota, en la que es claro que los trabajadores deben de gozar de prestaciones y sueldo como un empleado regular. Recomiendo que se consulte a detalle el capítulo mencionado para saber ciertos requerimientos específicos de la autoridad laboral.
¿Hay desventajas por el trabajo remoto? Pienso que sí, he escuchado voces al respecto que mencionan la falta de socialización y carencia de lazos con los otros compañeros, el exceso de horas de trabajo, trabajar en casa en lugar de vivir en casa, el sedentarismo y la distracción con redes sociales, visitas, llamadas o familiares en el lugar. Además, un riesgo importante para la empresa es la vulnerabilidad de la información ante los virus o hackers por las conexiones a internet que pudieran utilizar los empleados.
Es claro que no todas las labores funcionan en esquema a distancia, definitivamente la empresa que promueve este tipo de labor debe tener medios tecnológicos, herramientas de comunicación y software, que permitan la conexión y convivencia virtual de sus empleados en una buena calidad. Citando parte del artículo 311 de la Ley federal de trabajo en México “… Será considerado como trabajo a domicilio el que se realiza a distancia utilizando tecnologías de la información y la comunicación.”
Para concluir, lo mejor es que antes de implementar el trabajo desde casa, se revise muy bien la naturaleza de las actividades, ventajas y desventajas para ambas partes (empleado y empresa) y se tengan las recursos operativos necesarios para que la productividad y calidad estén al alcance del empleado.